La luz se apaga por la oscuridad,
un manto abraza la cuidad,
y la pena y la tristeza son
las mascotas de sus dueños.
Los días no tienen apenas flores,
crecen sin pétalos,
y se abandonan en el olvido.
La luz es inexistente aún,
las tinieblas gobiernan nuestro ser,
somos los esclavos de nuestros pecados,
de nuestra ironía y de las mentiras.
...Somos días sin flores...
Nuestra alma y nuestro ser
es lo único que nos queda.
Somos ríos sin agua.
Tenemos hilos que nos controla,
somos títeres de lo que no existe,
...y es que somos pobre días sin flores....