Ella nunca supo que la amaba,
nunca supo que fue mi primer amor,
tan solo con verla yo me conformaba,
tenerla y besarla en la imaginación.
Cerrar mis ojos tan solo bastaba,
para verla a mi lado, juntos los dos:
una vida, una casa, dos cuerpo y una cama...
entre sueños mojados despertaba yo.
Ella estaba lejos de mi mundo artificial,
con el hombre al que un día le juró amor para siempre,
yo deseé tanto estar en su lugar,
que hasta llegué a imitarlo inconscientemente.
Sus gestos, su andar, y sus modos también,
quise tener sus veinte y no tan solo doce,
abrasarla por él y no haber sido aquel
iluso que soñaba con ella por las noches.
Pero al pasar el tiempo, una fría mañana,
sentí que había muerto toda la ilusión.
Ella nunca supo que en silencio la amaba,
nunca supo que fue mi primer amor.