De distintas cárceles, hemos salido
Nuestras mentes son y han sido,
privadas de libertad por unos cuantos espejismos,
Muros de papel y otros, tantos de concreto.
De distintos senderos peligrosos hemos venido,
Sin saber hacia dónde dirigirnos,
Con los mismos anhelos y los mismos rostros de cansancio y sueños dormidos.
Deambulante entre las mismas formas que no tienen rostro,
Para ser comidos por las mismas bocas.
Muriendo y naciendo sin perdón alguno,
Abranzándonos al cuerpo y a la conciencia.
A distintas cárceles hemos ido,
siendo reos de nosotros mismos,
creyendo ser el carcelario,
Sin darnos cuenta que el único lugar seguro,
Donde somos y el ser -es-,
No es en realidad una cárcel,
Sino un refugio.