Husserl sostiene que nuestras vivencias intencionales están dirigidas a sus objetos, sean reales o no, directamente, sin la mediación de representaciones mentales algunas. Como escribe el propio Husserl: «Si me represento a Dios o a un ángel, a un ser inteligible, o una cosa física, o un rectángulo redondo, etc., esto aquí nombrado y trascendente es lo mentado, o con otras palabras, el objeto intencional; siendo indiferente que este objeto exista, o sea fingido, o absurdo. El objeto es ‘meramente intencional’, no significa naturalmente que existe, pero sólo en la intentio y por ende, como parte integrante real de ésta, ni que exista en ella ni una sombra de él. Significa que existe la intención, el mentar un objeto de estas cualidades; pero no el objeto. Si existe el objeto intencional, no existe meramente la intención, el mentar, sino también lo mentado» [Husserl, Investigaciones lógicas, (Hua XIX: 425)]. MARIANO CRESPO