Caminé por el valle,
donde el sol con su carga de vida
se escapó temeroso
a lejanos confines;
y al negarse a volver por el valle
donde crecen las penas
y la angustia florece,
me quedé solo y triste
añorando aquel sol tan cobarde
que no quiso pasar sobre el valle
(do la sombra de muerte es quien manda),
con su carga de vida que cambie
el dolor, por el gozo, la fe y la esperanza.
R. Gruger / 24-4-92