No busco que mi nombre aparezca en los grandes catálogos
no creo en los títulos
ni en los alardes de grandeza
no creo en burbujas menos creíbles
ni empeño mi imagen a las alturas.
No denigro los pequeños pasos
me reconozco como un caracol
entre los caracoles
tampoco creo en los olimpos que se alejan de la poesía más real
no confiero a la eternidad entre
reflectores y aleteos vertiginosos
ni la catapulto a la lejanía
la presiento en el fango y la llanura
en la serranía o en el desierto
y aunque no la merezco
siento palparla cuando emerjo desde la vértebra.
Se que el sol para brillar no requiere de maquillaje y su brillo es más notorio cuando se aproxima