Pablo R.

LLUVIA

Llueve...

y las gotas

salpican recuerdos,

dibujando en los charcos

momentos concéntricos,

imágenes nítidas,

que de a poco

se van diluyendo,

a medida que las ondas

se desvanecen.

 

Dicen que el agua

lo limpia y se lleva todo,

pero aquí,

trae una melancolía parisina,

de callejuelas inundadas

vacías de gente

que ha corrido a guarecerse,

vaya a saber donde.

 

Llueve...

entre lo gris de la tarde

y la monotonía de este cuarto

lleno de hastíos

y de fantasmas que acechan,

las memorias se resisten

y echando raices,

se aferran al alma.

 

Y yo en la ventana,

fumo y te pienso,

como piensa el desierto en el agua;

tu voz en la tormenta

parece que me habla

y este café amargo,

hoy me sabe a nada.

 

 

-. PaR

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25012020