A veces me pasa y cada vez más a menudo que este presente pasa tan aprisa que no me da siquiera tiempo de saber donde estoy parado, las cosas que van a mil por hora y mi lentitud para entender…apenas si se mueve.
Si a esto le agregamos un par de perlitas, importantes por cierto, en primer lugar que yo soy de otra generación, donde las etapas de la vida tenían un desarrollo normal para la época y la tecnología no nos hacía correr a lo loco tras ella.
Esto hace que este pobre infeliz (que vengo a ser yo) a pesar de la multitud que me rodea….está más solo que Adán en el día de la madre.
Un simple ejemplo de los tantos que podría dar, en mis tiempos si uno observaba a las parejas en sus arrumacos, podía ver como se transformaban las caras de los enamorados en gestos hasta ridículos, los mismos gestos estúpidos los veo a cada rato en gente que pareciera tener orgasmos acariciando a sus celulares, (¿les cuento algo?) a mi nunca un teléfono me hizo tener una erección.
Para colmo de males, no tengo a quién preguntarle como carajo se maneja uno de seos “artefactos”.
Revolviendo mi sesera” me acuerdo de cosas que hoy a la distancia me causan risa.
En mi época los jóvenes nos hacíamos mil fantasías con los culos de las chicas y fabricábamos
novelas dignas de las mil y un noche y el grado de boludez era tan grande, que muchos pensaban…”QUE LAS CHICAS LINDAS NO HACÍAN CACA”, pero para emparejar la cosa, se acostumbraba en general a saludar, pedir permisos y dar las gracias…que estúpidos que éramos ¿no?.
La rueda del tiempo ha corrido a tanta velocidad, que como quién no quiere la cosa llegamos a este presente, que con sus más y sus menos, no nos deja de sorprender.
Por un lado la ciencia y la tecnología, han dado un paso gigantesco en pos del bienestar general y cosa curiosa, los jóvenes…son más pelotudos que los de mi generación, nosotros no necesitábamos hacer la previa para ir a bailar, mamándonos y llegar borrachos al ir a bailar, ni drogarnos para poder encarar a una mujer, tampoco necesitábamos flagelar nuestros cuerpos, con esos horribles tatuajes…que nadie sabe para que mierda se los hacen.
Éramos tan salames, que no conocíamos el “triunfalismo a ultranza” tan actual en esta sociedad de consumo y de marcas.
También podríamos darle una repasadita a los políticos y a la política de ahora y la de antes, comencemos por los políticos de antaño, la mayoría de ellos tenían dos cosas, que a los actuales les resbalan por el forro de las pelotas: PRINCIPIOS Y CONVICCIONES, uno moría con sus ideales, en cambio ahora casi todos son tortillas, se dan vuelta a cada rato.
Pero a todo esto yo le encuentro el lado bueno, me doy cuenta que los años que viví, valieron la pena y que lo que he pateado en la vida…”ES VERDAD”,
A veces, en los momentos que más desorientado estoy, creo oír una voz que me grita al oído…ESTO ES LO QUE HAY VIEJO BOLUDO…LO TOMAS O LO DEJAS.
Boris Gold (simplemente…un poeta)