Estoy atrapado en el insomnio nocturno de su recuerdo,
su mirada,
su sonrisa,
su cuerpo,
y su dulce voz apasionada.
Mis ojos se cierran para dormir pero el pensamiento la piensa,
la mira,
la aprecia,
la abraza,
y eufóricamente la besa.
Las horas pasan inexorablemente y mi corazón palpita,
se estremece,
se arritmia,
se altera,
y naturalmente desespera.
Así paso las noches… así paso los días,
desde que la percibí…
desde que la ví…
…pensándola.