El pulpero sueña
con llegar a viejo,
pero el pulpero no tiene seguro laboral.
El obrero sueña con reunir
el dinero
para comprar la dispensa del mes,
pero la obra de construcción
en la que trabaja,
termina mañana.
El desempleado sueña
con irse del país
pero su record policial
está manchado y trae mojados los zapatos.
El niño de la calle
no sueña con comer
busca que comer
incluso en días feriados.
El endeudado no le teme
a la usura
ni a los dueños de
los bancos,
le teme a los abogados
que quieren quitarle
su propiedad,
su única propiedad.
No le temen las plantas
al calentamiento global,
le temen al empresario,
a los países que integran
el G20.
No es la política ni la religión
es Estados Unidos contra los pueblos
que poseen el petróleo.
El socialismo, no existe en América latina.
El pulpero, el obrero,
el desempleado, el niño
de la calle, el endeudado
sueñan con destruir los
sistemas políticos existentes,
pero son pobres…