Gerardo Barbera

Y LLEGĂ“ EL ENANO

 

El manatial se apaga,

sin flores, ni esperanzas,

las botas verdes nos persiguen,

y como insectos desaparecen,

más allá de la frontera,

la juventud despavorida,

mientras los líderes entonan

los himnos de la sangre.

 

El Enano del mazo,

con sus manos cubiertas de nieve,

la maldición y la soledad,

y los pinguinos aplauden

la miseria de tanta gente,

y en el campo de golf...,

los herederos del Comandante.

 

Un tren lejano desaparece

y las nubes se detienen,

mueren las estrellas

no hay olas, ni aves en el cielo,

el Enano con su mazo,

con su mirada de sangre,

como títere de la muerte

celebra la llegada del infierno.