Inconsciencia, que a gritos alientas
a seguir con el paso prolijo,
tras el rumbo por otros ya fijo,
no me atrevo a decirte: ¡No mientas!
Si me abrigo al amparo mezquino
que me ofreces, obviando mi ser,
la pasión no podré conocer
y seré de mi honor asesino.
Inquilino de otras voluntades,
mi cerebro se exila aguardando
una brecha, para ir derribando
ese muro, que aborta verdades.
Inconsciencia: ¿De dónde surgiste?
¿Cómo fue que tocaste a mi puerta?
Al entrar pisoteaste mi huerta
y una gris desazón esculpiste.
Disfrazada de amiga, tu mano
me propuso un escape celeste,
y al dejar el real mundo agreste
se olvidaron mis penas de plano.
Hoy aquí, descubriendo el chantaje,
no es tan tarde para una promesa:
despejar la maraña que apresa,
aunque deba empeñar mi coraje.
©
(Copyright, Noviembre 2019)
Inconsciencia, qué buena es tu vida
llevando ignorancia entre la suerte,
sin control, no dejas de moverte,
no dejas.. aun estando dormida.
Surange