Con la cabeza desnuda en tu suelo,
con el pecho espigado por el recuerdo
de manos finas y consuelos,
de espuma del mar de ti.
Costernada entre el cielo y tu,
ensangrentadas mis rodillas
Por plegarias en la orilla…
En la orilla del mar de ti.
Plegarias sin ser atendidas,
Se va tu mar de mi, gota a gota,
Se va con mis alientos,
Pero tu pasión retumbara en las noches,
¡Con la demencia, de mares solos!
Evaporado de mi.