Habéis hallado amor en el desamor,
como se halla oro en alguna orilla,
hacéis acuarelas de viento en noche lunera,
mientras me quedo a mirarla en la postrera.
De tanto veros soñar, seré soñador,
que siembra en su pecho semilla de amor,
ora cuantía y sentimiento en demasía,
y entre su corazón vibra el alma mía.
Bien pudiera besarla entre la escarcha,
entre mantos de soledad en pleno frío,
más, haberos escondido entre mi espalda,
cuando te tanto acariciar, toqué destino.
Habéis alcanzado el velero entre mis manos,
más, por honor a la distancia, haberme sentido,
si se decide pronto, se bañará en mi río,
pues se ha sabido, que es dueña de mis años.
Ricardo Felipe
El último bardo