La mirada que nada esconde
el cimbrear de su cintura
la osadìa que lleva en sus caderas
Con la sangre amotinada y alegre
desenvoltura la abordo rozando
con un susurro en su nuca desnuda
Un giro y desenfadada me mira a
los ojos, complacida me toma del
brazo y pide
- Me acompañas?
al cruzar la calle hay un barcito
discreto
Estoy segura sabrás seducirme
escribiendo poemas en las servilletas
En el bar, acabé con las servilletas
y una botella de vino
Arriba, una pieza por piso el hotel
que el quinto nos cobijó
Cinco pisos por escalera, en cada
descanso entre tantos besos casi
colapsa el corazón
Al despertar ya avanzado el dìa
una nota en la almohada con su
firma de rojo carmín
- Mañana, misma hora mismo bar
me has dejado perfumada de amor
Rob_
#PoetaUrbano