No os vayáis todavía,
quedados frente a mis ojos una noche
más que vuestra solo presencia corre por mis venas
cual lluvia que nutre los campos áridos.
No apresuréis la partida de tus pasos,
dejad que mis labios destilen en tu boca una vez más
en un intento por aferrarme a tu alma.
Allá afuera he presentido la soledad,
asecha cual lobo hambriento su presa mis días y mis noches.
No hay hora en la cual tu nombre no desfile por mis deseos
ni distancia que exorcice la belleza de tu cuerpo,
mas como saberte lejos de mi
y negarle las lagrimas al viento
o privaos de algún verso escrito bajo tu rostro sereno
cuya idea de no encontrarlo a mi lado
me ha de recordar que prefiero saberme
en los mismos brazos de la muerte
a no golpear mis sueños contra tu destino.
No, no os vayáis todavía,
sabed que el tiempo asesino miserable es en tu ausencia,
mas, estas horas de mi vida son su víctima preferida;
vuestro amor ha de mantenerme en pie
la esperanza que ajena al silencio se eleva en mi corazón
como la estrella guía de algún marinero
que navega los mares en busca de su destino…..
Y tú te me marcháis?...
Oh amor!.... desfallezco,
claman misericordia las entrañas de mi cuerpo.
No bebáis la copa del olvido todavía,
mirad que mis palabras no llegan aun a tus oídos.