Deja que salga de mí toda la ternura,
que encuentre en tu corazón su mejor templo,
que sus destellos quemen todo lo malo
y que solos y soles partan al rayo que atente a lo bueno.
Qué se alejen los incautos con sus monsergas,
Que las malas sombras que acechan
y pasean con continua impertinencia
queriendo dividir nuestro amor
no encuentren ni un solo suspiro de desaliento a su favor.
Ruido y más ruido
Juegos deshonestos que buscan atención
Recuerda quien soy,
soy la flor entre la vía,
tu compañera de asalto,
voz de tus palabras más deseadas,
el aliento que nunca se aleja.
Soy tu amor
Vámonos de aquí
como ángeles enamorados
que necesitan de un campo sagrado
donde declararse su amor
y poder encender entre la neblina
una hoguera carnal
para sofocar sonámbulos deseos.
Mi mente se ha posado en cada astro de tu esencia,
mi cuerpo muere por reposar junto a tu calor.
Libre, desnuda de mí hasta los huesos.
Tu cuerpo y el mío dialogando a tientas.
Sístole y diástole bajo un cielo de algodón.
Ahora las montañas parecen menos altas,
Ahora que nos miramos,
Que vemos el mismo horizonte,
las mismas estrellas y el mismo existir,
aunque tumbados en la sombra de un árbol sin ramas
hasta que el ruido se acabe, hasta que deje de llover.
Solos y soles
Vámonos de aquí,
dadme la mano,
corred, vámonos.