Serás la brisa,
sutil y seductora,
que a mí me bese.
Serás el viento
que llega de los mares
el que me alivie.
Serás la luna,
cantándome una nana,
de madrugada.
Serás la lluvia
que venga de los cielos
con un suspiro.
Serás las algas
que vengan a la playa
para dormir.
Serás un ángel
que cubra mis espaldas
y me proteja.
Serás la rosa
de cada primavera
en mis latidos.
Serás el néctar
posado entre tus labios
que yo me beba.
Serás el verso,
la prosa y el poema...
¡mi mariposa!
Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/20