Voy a salir a tratar de entrar a ese lugar
desconocido pero especial;
como amigo y vecino me empecino en este camino,
enfrente de un niño, un viejo o una señorita,
con cariño hago mi mayor esfuerzo
por darles un consejo y una sonrisa,
porque sé que es para el bien de todos,
aunque muchos ojos me miren mal y empiecen a tirar,
como balas, palabras falsas y cuentos
que le agradan a los demás…
Son inevitables sus ataques, para no fracasar
en un hombre sordo tendré que convertirme,
y así no ser una víctima más
del veneno mortífero del chisme...
Y estaré reprimiendo mi reacción tan humana,
para poder terminar contento mi labor principal,
mientras llevo mi armadura y en mi pensamiento
la imagen de ella, por eso sonrió y digo
¿cuál es el problema?
Mañana haré lo mismo, siempre convencido,
sea que cambie o no la situación,
estará mi corazón rebosando de alegría,
por esa labor que cada día me hace mejor,
y puedo decir: gracias, mi Dios,
por conocer lo más grande que es el amor….