Si alguna vez hubiese habido un Dios se habría vuelto loco en los primeros eones de su absoluta soledad, y hace mucho tiempo, antes de que pudiera crear algo (si es que hubiera tenido los poderes que tradicionalmente se le atribuyen, especialmente el de sacar algo de la nada), se habría suicidado el pobre... al no poder soportar su inexplicable y hórrida existencia.
O tal vez sí existió y sucedió tal como digo, solo que muchos no lo saben (ni lo sospechan) y creen que él (aún) existe y que también hizo el mundo. Ignoran que el universo no requiere de Hacedores, y menos de uno que obrase en solitario, que es él (el universo) el que crea a seres como nosotros, seres con imaginación, facultad con la que, en un afán por entender nuestro entorno y a nosotros mismos, inventamos, no sin ingenuidad, todo un conglomerado de inocentes mitos, construimos la entrañable y muy querida religión, elaboramos intrincados sistemas filosóficos y levantamos el magnífico y metódico edificio de la ciencia.
Martes, 28 de enero de 2020