Estoy llorando
Estoy triste, desconsolado, derramando lágrimas sin llanto
Entre cuatro paredes, me encuentro solitario, sin ecos hablando
De aquel amor inmenso, estoy agobiado, meditabundo pensando
El sufrimiento carcome el alma de silencios mudos gritando
Estoy llorando al haber perdido los besos de mi amor querido
Las noches se tornaban de pasiones y de emociones conseguidos
Los días eran esplendorosos, del futuro ingrato ofrecido
Se marchó rauda con otros amores, estoy más que sorprendido
El jardín florecido, llevaba de sus capullos perfúmenos de sus olores
Ramo de rosas, que embriagabas las bellezas el elixir de sus interiores
Excitación tormentosa, que emanaban pasiones lujuriosas de sus calores
De sus labios sensuales brotaban mordiscos placenteros y encantadores
Resbalan lágrimas secas, al verte abrazada de otro querer
El tiempo pasa, hiere el recuerdo sin poder entender
Es duro verte de la mano de otro amor, sin reconocer ni comprender
Quisiera marcharme lejos y vagabundo sin rastros, ni melodías poder desaparecer
La brisa barrió las hojas secas que cayeron de sus inmensos árboles
La llovizna cristalizó el hermoso y extendido arcoíris y sus tornasoles
La guerra terminó con el triunfo y la traición de los esquiroles
Una pedrada acabó con la luz tenue del cristal de los faroles
Me volví errante y andariego de caminos solitarios y polvorientos
Nada calma la enfermedad de medicamentos y sufrimientos
Ya ni me acuerdo si es de día o de noche, de veranos y sus acontecimientos
El vendaval arrasó con los besos, las bendiciones y los juramentos
Aquel amor inmenso acabó y cercenó mi alma y de éste mundo estoy partiendo
Las penas de amor aniquilaron las fuerzas del cuerpo y estoy muriendo
Quisiera verla por última vez y en su boca dejarle mi último aliento
Fue un paso fugaz de amores, de pasiones y dolores de sufrimiento
Mi alma partió rauda y buscará refugio en otro nido del firmamento.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga enero 15-2020