Vagando de noche encuentro una sonrisa inigualable,
que después me sorprende por un negro deslumbrante,
caricias y copas de noche solo como tú lo solías hacer.
Hermosa bien portada con la palabra de vuelta más deseable,
hacías de la pasarela la costura importante,
con los colores que de sangre orgullosa decías pertenecer,
de mi mente no lograba salir el recuerdo de tu sonrisa…
Te pienso más que esa noche,
viendo a las estrellas sin hacer reproche,
ya que tú en vida brillabas en cada persona dando tu toque,
belleza obstinada que sabía distinguir, no había nada que fingir...
Y no me arrepentiría si solo fueras un recuerdo porque en mi corazón te quedaste a vivir…
Para: Carolina Sada (Q.E.P.D)