Quién soy yo para tenerte,
si el mar se escapa de mis manos
y el viento huye de mi abrazo.
Quién soy yo para buscarte,
si aún en el olvido te encuentro
y en las penumbras te hallo.
Quién soy yo para extrañarte,
si te pienso y te añoro a diario
y el perfume de tu recuerdo permanece.
Quién soy yo para pensarte,
si mi mente te abraza por momentos
y mi pensamiento vuela a tu encuentro.
Quién soy yo para quererte,
cómo humilde mortal quiere a una diosa
y su esencia angelical arrebata.
¿Quién eres tú?
mi ángel, que mis sueños acompaña
y que su belleza enamora.