Se empiezan a perder las quimeras
dejándome ver una clara realidad
que arranca esas dolorosas huellas
y abriendo un limpio y amplio canal.
Por donde corre la paz y la certeza
como una llama intensa de tranquilidad
que va pulverizando las cicatrices
de pasadas y dolorosas guerras.
Abarco todo mi presente y entorno
con mirada calma pero inquieta
queriendo, esperando encontrar
ese soñado sosiego, con un dorado final.
Que da el amor cuando se encuentra
y los sueños apuntan a una realidad
por esa ilusión que apremia, endulzando
tan larga y penosa espera.
Me perdono y perdono
logrando un mundo de calma
lo que permite que llegue el susurro
de las alegrías que bailan.
Y se intensifica el sentimiento
ese de amar sin condición y pleno
y el corazón se enciende y crepita
con la calidez del fuego interno.
Yamila.