Te soñé,
sin conocerte;
te atrapé,
para mi suerte.
Te imaginé,
temblando de frío;
tiernamente te cobijé,
para calmar tu hastío.
Te idealicé,
envuelta en mis brazos;
pero triste regresé,
solitario a mí regazo.
Te pensé,
como un jardín de rosas;
y tus pétalos corté;
sintiéndote amorosa.
Pero lo que imaginé, idealicé y pensé,
se esfumó al despertar;
porque solo te soñé,
y nunca te vi llegar.