Amor mío, ¿por qué has abandonado este mundo
y en su iniquidad tan solo y triste me has dejado,
que sólo vivo con solicitud y cuidado
para no convertirme en un eterno vagabundo?
¿Por qué me has olvidado en este lugar inmundo,
donde todo está tan corrompido y degradado,
donde todo es tétrico, horrible y desdichado,
y donde tan sólo soy un infeliz moribundo?
Llévame contigo a la última estrella del orbe,
a la lejana luz donde habite el olvido,
a la última sombra de la eterna inmensidad.
Aléjame de este mundo para que no estorbe
los tiempos felices que juntos hemos vivido
y que juntos viviremos en toda la eternidad.
Suspiros y sueños de amor