BENDITA.
Quiero decirte en estos versos,
que hoy pinte de esperanza al pensamiento,
que amanecí aferrado a una ilusión
y decidí vestir mi alma de consuelo.
Y quise gritar que eres mi niña adorada,
mi musa y mi alegría,
hoy quiero vencer al orgullo
y desechar el capricho.
Quiero bendecir cada átomo,
cada beso que existió,
cada detalle y pensamiento,
cada caricia que en mi piel ardió.
Y por tantas alegrías
por tantas desventuras
por tanto que a tu lado aprendí,
mujer, ¡bendita seas!
Y quiero decir sin miedo;
que hay un antes para mi amor
y un después de ti aquí en mi pecho,
que hoy gracias a ti soy un poquito mejor,
y si en el sendero de mis soles
brilla un nuevo corazón,
sabré amarle con menos sin sabores,
le amaré con toda mi esencia, la tuya,
la que habita en mí, y por eso ¡bendita seas!
SALO.