Son apenas un roce,
esas gotas de agua,
desprendidas del cielo
y llegando a tu cara,
un pequeño suspiro,
unas dulces legañas,
y un racimo de versos
con que animan tu alma.
Te lo mandan los dioses
con la lluvia templada,
y te enjuagan los ojos
con caricias y nanas,
son las notas sublimes
de la orquesta sesgada
que alimenta tu pecho
con amor y esperanza...
Ya se marchan las sombras
para dar paso al alba,
y se corren cortinas
en la vieja ventana,
porque adentro los cuerpos
desesperan y callan,
tiritando de frío
en la cruda mañana,
se apetece la leche
y el café con tostadas,
con el dulce refresco
de unas tiernas naranjas,
y después al camino,
el trabajo te llama,
y allá vas, con tu risa,
y el candor que en ti emana...
\"...Son apenas un tibio
palpitar, tus palabras,
cuando dan: \"¡buenos días\",
a la nueva jornada...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
12/01/20