Te prefiero en todo momento,
al amanecer y cuando cae la noche,
mirarme en tus ojos es un portento,
me llena de placer y hago derroche.
Siempre resuelta a ser tuya,
adosada a tu suave sombra,
embelesada con tu voz que arruya
sigilosamente cruzo tu umbral...
Y toco con tus manos la gloria,
dejo que te refugies en mi regazo,
mi mundo se vuelve algarabía,
cuando permanecemos abrazados.