Tengo fe de creyente,
que ahonda en el subconsciente de mi ser.
¡Ay, este amor fuerte!
que medita, en lo que no se advierte...
Y que se duerme,
en el tálamo de la noche insondable,
hasta que me invade,
la voz de un gran plus inescrutable...
Soy la imagen,
que busca a Dios con misteriosa clave,
una gota candente,
que sale de mi mente, adonde quién sabe...
Quizás al vórtice,
de un cielo prometido que no se ve,
persistiendo anhelante,
en ver la Luz de Dios, aun indefinible..