Todos jugamos un papel, todos somos buenos o los peores en la vida de cualquier ser; seres impredecibles que de una forma u otra van siendo conducidos por afecciones que los oprimen y los reprimen, pues no comprenden el temperamento o los pensamientos de aquellas personas las cuales ellos definen.
Todos hemos sido los mejores ante una alta gama de espectadores que con tus buenos hechos se van alarmando, emocionando y alegrando hasta que se van defraudando paulatinamente con tus errores. Es algo satírico y a la ves muy relativo ya que se relacionan simplemente con los comentarios creando un entorno cognitivo, poco positivo que se encaja desgarradamente a un simple argumento negativo.
Todos jugamos un papel sin importar los vituperios tomados o no en serio de todo aquel forastero que intenta someternos a comentarios incongruentes muy separados de lo bueno, comentarios infalibles que nos persiguen pero no confinen que somos o que seremos a pesar de que nos subestimen.