I
El mundo se rompía,
las grietas infernales de los suelos
se abrían para llevarnos
por pecadores.
Inapropiados seres mundandos,
mirando nuestras miradas,
abrazando nuestros abrazos,
queriendo nuestro querer.
El cielo despedazaba los golpes de realidad,
el caos se respiró, y nos hicimos uno,
en un suspiro de querer seguir unidos.
Tú, soy yo.
Yo, eres tú.
Tú, eres yo.
Yo, soy tú.
Y en un beso
emerge
la paz.
II
Juego a ser tu.
En la intimidad
de tu alma.
Y juego a ser yo,
en la plenitud
de la transparencia.
Siempre acechándote
hacia la verdad
de lo que podemos
llegar a ser.