Anoche soñaba contigo a la vera del mar:
veía de una en una las olas hablar conmigo
mientras la luna se elevaba como testigo
de palabras de amor que morían al azar.
Desde el abismo de mis penas nació el soñar:
una verde ola tu imagen me trajo consigo,
pero al instante tu visión se esfumó contigo
y otra vez quedé a solas con la luna y el mar.
Por los infinitos océanos del universo
vagan trémulas y errantes mis flébiles penas
en pos de la estela de tus doradas huellas.
Mi dolor no hallará camino más perverso
para recobrar de tu imagen las azucenas
que seguir el itinerario de las estrellas.
Suspiros y sueños de amor