Balsámica flor, que reposa en mi indolente mano
Destello de luz, que muda del silencio, al angelical sonido de la lira
Agua virginal, sonrisa en tardes sombrías
Has estado ahí abundante, entre lo humano y las sacras aras
Cuando la indiferencia aguijonea el alma, naces
Cuando la soledad oprime despiadada, surges
Cuando el abandono acosa tiránico, vives
Cuando la tristeza fustiga, brotas
Yo de ti necesito, cual Nereida el agua
Como la flor se arropa de apasionados colores
Como la mariposa de sus tenues alas, para vencer el raudo torbellino
Yo de ti necesito, como velo de seda cubriendo la desnudez de mi alma y mi pena
Envuelto en los fulgores de tu sentimiento, repudio el día que desoí tus versos
Tu gratitud, como don preciado, fecunda mi alma para abundar en frutos
Haz palpitar mi corazón austero, que lleno de tu afecto
Te proclame de nuevo mi labio ardiente