Hay un beso
que cruje en el silencio,
un amor
que te sigue y espera.
Un manto
de caricias bajo el cielo,
y par de manos
que forjan primaveras.
Hay un hombro
para el peso de tus penas,
un pecho
para abrirte mil sendas,
unos ojos
que te buscan cada noche,
y unos labios
para beber tu esencia.
Hay un suspiro
que pronuncia tu nombre,
un lecho tibio
para cubrirte entero,
un horno de pan fresco
hecho de aromas
y un abrazo
para contenerte con fuerza.