Has tenido paciencia para librarme de los pesares, con tu mano amiga
Cuando bebía del agua pútrida, tu diestra firme me acerco a la fuente
En la vanagloria de mis tragedias, tu palma se posó en mí, para dar luz al pensamiento
Y en la oscuridad de mis recuerdos, tu voz, fue el trazo para el nuevo destino
Emprendimos el viaje, con tu ala firme, para vencer las dudas
Perplejo del paisaje, tu lucidez fue el azimut para la nueva senda
Cuánta dulzura hay en la vida, cuanta amargura había sufrido
Solo el clemente sería piadoso, al permitirte en mi camino
Hemos contado doce pasos, en la inmensidad del infinito
Una docena de tradiciones, para plantar el camino
Una vida nueva, un despertar del espíritu
Un lingote de oro, vale tanto como el polvo, de el mismo
Algo encontrarás a cambio, vendrán a ti los mejores días
Fue la lección del maestro, que confirmó la vida, día a día
Hoy tu mano y la mía se consagran a un servicio
Un mensaje dispuesto y salvaremos otras vidas