Duele la carne
y duele la sangre
cuando se vuelven traicioneras...
Duelen las aspas de los molinos
que trituran el trigo
sin piedades ni denuedos...
Duele.
Simplemente duele.
No hay Verdades.
No hay circunstancias
ni buscados contextos
para justificar
la traición del cercano
al que diste Vida.
Y que a pesar del
Amor a raudales
que ciegamente diste
se vuelven Odio inexplicable...
(Y sin que te des cuenta:
te dañan y
se vuelven arteros...)
(Patricia)