Porque te fuiste...
He sentido en ese transcurrir
Morir el corazón
Quebrarse el alma
En el fluyente círculo de mis esperanzas, donde el viento sopla en derredor mío, formando un lienzo de sendas blancas entre el silencio y tu palabra. Vuelan silenciosos, bellos e inspirados versos, y al unísono, mustias lágrimas.
El tiempo pasa y la luna en su último adiós, pinta de azul celeste el bosque frondoso, el fino pelaje de Micifuz mi hermoso gato blanco y el negro intenso de la Mirla encantada.
A la hora del elixir, extiendo mis palmas al firmamento, y cadena diminuta de brillantes luceros, traza sobre las mismas, radiante corazón de intenso rubí, que difuminado cubre mis pechos iluminando mi cuerpo entero.
Vuela en el aire el perfume sideral de la magia celeste y sobre la tierra se mira, la lluvia prohibida de finos diamantes, que taciturnos y silenciosos yacen en el epicentro de la madre tierra.
¡Oh, sublimidad! ¡Tocar con los dedos del alma el hilo imperceptible de lo eterno!
¡0h, apacible quietud del espíritu! ¡En la fuente de tus aguas calmas me has anegado!
* Imagen tomada del muro de Mostafa Azat
Luz Marina Méndez Carrillo/14122019/Derechos de autor reservados.