Tienes un aroma de flor,
de agua marina
y aire de montaña,
que queda suspendido
por dónde pasas,
denunciando tu presencia
sin palabras.
Tienes un aroma de mañana,
de praderas verdes
y marea salada,
que te anticipa y anuncia,
abriendo al cielo las ventanas.
Tienes un aroma primaveral,
de tierra húmeda
que nace y resurge,
que embriaga, vive y despierta,
insinuando fuego y esperanza.