Ha llegado la hora de levantar nuestro vuelo
como aves que vuelan hacia el eterno paraíso,
olvidemos en el mundo nuestro compromiso,
levitemos, como lenes plumas, en el cielo.
Nuestras leves almas no encontrarán consuelo,
como en el cristal del agua no lo halló Narciso,
si de la estrella célica hacemos caso omiso
y nuestro orgullo sigue atado al mundanal suelo.
La dicha en el suave imperio de la levedad
hallaremos y por todo el universo iremos
sembrando copos de alegría y felicidad.
Cual dos cometas entre las estrellas seremos
que van sembrando estelas de amor y libertad
y en la eternidad al cosmos nos sumaremos.
Suspiros y sueños de amor