MISIóN
Un día habrá una hostia que subleve
su espíritu incorpóreo al rito seco
de identificarse con cualquier idioma;
un minuto de negación al mimetismo
cobarde y tan ingrato
que se afana en igualar probos y malos.
Si es síntesis de Dios,
amalgama, como dicen, de bondades,
deberá (y no por milagro
sino para reparar tanta injusticia)
escupir el labio del infame
que pretende a su crimen asociarla.