La tarde se derrite como mantequilla del cielo
pintan tonos naranjas y violetas la superficie del mar
La marea turba la mente y la arena se siente en los pies desnudos, finita, como si anduvieras encima del tiempo
La briza arranca todo silencio del pensar
Y ahí vas caminando, ahí en la inmensidad, ahí donde pierdes la identidad
La luz ayuda a qué te proyectes como la sombra de un jigante
Y es entonces cuando la espuma sale a la orilla a tragarse tu ser