Déjame escuchar de tu corazón
Esos latidos que despertaron mis sueños
Esos, que cada noche tiene un ritmo diferente
Ritmo de campanas y risas suaves.
Pero para escuchar debo abrazarte;
Abrazarte muy suave y dormir junto a tu pecho.
Se que mis fuerzas, no son como antaño
Fuertes, con calores de verano,
Pues mi invierno ha llegando.
Pero se, que siempre trasmitirá
El engaño de hacerte saber que te amo.
¡Si, con engaño de mis fuerzas.
¡Pero la sinceridad que soy todo tuyo!
Déjame escuchar esos latidos
Que me anuncian la voz de tus labios
Llenos de besos de antaño y de siempre.
Si, ya me pongo bien cerca,
Para que tu voz y la voz de los latidos
No confunda amor con pasión
Solo confundirse y al unísono,
Decirme que tus noches son mías
Grabaré para escuchar en tu ausencia,
Cuando desparramas amor en otros sitios
Y testifiques de Aquel que te enseñó,
A amar, y copien de ti la plenitud,
De la Salvación que dictas con tu ejemplo,
¡Si, grabaré el sonido de tu voz
¡Y la de tus labios!