Si su amor me confiesa
con su gesto gracioso;
en su rostro precioso
hay mirada traviesa.
Su fulgor de princesa
tiene un halo glorioso;
y su labio carnoso
muy sonriente me besa.
Es entonces que siento
que es un faro en mi vida
por su lumbre amorosa.
¡Y me sirve de aliento
su belleza florida
con esencia de rosa!
Autor: Aníbal Rodríguez.