Hoy, noche abrumante, desencantada…
Silencio abismante, más nada
Negras nubes ocultan el titilar de las estrellas
Que distantes y en velo amenazante,
Traslucen ensalsadas su brillo extenuante.
Déjase escuchar entre el silencio profundo
El rugir de un motor que acude raudo, furibundo
A una cita quizás ciega, o, a una velada cierta,
destino desconocido, más mi mente se entera
Por ese audaz sexto sentido que es un amante presuroso
Que va rumbo a un nido.
Sólo sé que no es el nido mío, ahora frío y vacío
Sin el calor del amado que otras veces he sentido.
Y así avanza la noche,
Sin prisa alguna por mostrar el día querido
En donde luz y calor de un sol furtivo,
Haces de luz y brillo traigan a este, mi hogar, mi nido.