Nací en tu jardín.
Mas sin tus caricias,
yo crecí.
Pero sí,
con algunos besos,
me nutrí.
Mi sombra,
yo te di.
Sin embargo
-bajo ella-,
nunca te vi.
¿Qué fruto quisieras de mí?
Tengo dos ojos
-fijos en ti-,
infinidad de besos
-con tus labios como fin-,
…y algunos sueños,
que juntos,
podríamos vivir.
Pero...
¿para qué seguir?
No soy más que maleza para ti.