Reflexión
Recorren los minutos las horas,
brotando los capullos en flor,
embelleciendo el mar las olas,
que enmudecen con su olor.
La tarde soleada se agita,
como el cielo lapislázulis
exalta con su esplendor,
mensajera y consejera es,
de una pena en su interior.
Las horas convierten los días
en silencios que ensordecen,
y va y ven del viento danzan,
pero a nadie al fin pertenecen.
Esos largos días ahora años,
destilan mis alegrías de penas,
mis pensamientos de miedos,
y mis sueños de fracasos.
Son el palpitar de los años
los que me han dado tanto,
desde los majares del éxito
hasta la hiel del desencanto.
Ahora los años pasan sonriendo
al calor de esa tarde de verano,
que en esos minutos revelaron
el magnífico secreto que es vivir.