A las efemérides propias de cada individuo.
Al polvillo de los pétalos de las fechas despintadas.
Cayendo en la persistencia de los nombres
que perduran sin ser visibles.
Muchos abandonaron sus cuerpos al rumor
de la hierba que crece siempre
como la esperanza ante la desesperación.
Donde nace la sombra descansa la infancia más cercana.
Persistentes las manos rodean las piedras de los ciclos.
El todo no es igual al siempre es igual.
En la llanura, en los dominios de la escarcha
al amanecer el recuerdo se vuelve certero, furtivo.
Así la tierra rememora antiguas leyendas
de aquellos que nacieron en otros tiempos y
hoy el espacio se cubre de niebla sobre el llanto.
Abandoné, mi juventud a los silencios más obstinados,
mi piel tan árida después de haber mirado pasar,
tanto tiempo al tiempo.
Aun así mi paciencia inacabable como
las hormigas entre sus solitarias ruinas.
No es aislamiento, es solo el paso del tiempo
el destino es una itinerario que no caduca.