Pido la palabra ésta vez para hablar de nosotros:
Porque sigo empeñado en hablar de dos como antes,
porque he vivido esquivando mi realidad tan cruda,
porque siento que hay abismos a donde fueron a para mis preguntas,
porque mis respuestas han ahogado de a pocos esas leves esperanzas...
Donde tú eres mar.
Creo que era mejor no conocerte,
pregunto si será posible vivir sin un corazón por delante,
porque han culminado mis palabras emocionadas,
y he descubierto que éste pobre pecho, hace tiempo que ya no late.
Te pido por favor que no pongas entre tú y yo un recuerdo,
es preferible ser vacío, que recordarte,
porque dueles demasiado,
porque el verano ya no me regalará el sol un día cualquiera,
y las flores que te sembré han secado sus ansias de adornarte.
...Sin embargo, no he podido dejar de pensar en ti.
Y, aunque no debería quererte, te quiero.
Aunque no debería esperarte, te espero.
No debería necesitarte, pero hoy te necesito más que nunca,
porque hace tiempo tu alma se instaló en la mía sin darme chance de olvidarte.
Y yo lo acepté.
Pido la palabra ésta vez para hablar de nosotros:
Pero tú estás lejos...
Y yo he perdido mis palabras de tanto hablar de ti.
Ricardo Felipe
El último bardo