Creaste los campos de mi mundo,
creaste las flores de mi jardín,
sin que tú lo supieses.
Acaricio tu pelo corto y rizado,
huelo tu aroma a lavanda,
veo tu reflejo en mi espejo.
...Y tan solo por estar contigo.
Acaricio la pared de mi habitación,
susurro ante lo inexistente,
espero a que tú aparezcas.
...Y tan solo por estar contigo.
Te veo sentado a orillas del mar,
con la mirada perdida en el cielo.
Intento acercarme,
pero no puedo.
Me ves.
Y veo tus labios rosados,
tus ojos pequeños almendrados,
y sonrío.
Dije que quería formar parte de tí,
de tus aguas de aquella mar,
el abono y alimento de tu mundo.
Aquel universo inmenso,
es como tú,
y yo, tan sólo la luna.
Acerco mi mano hacia ti,
y entonces vuelo, alejándome.
Tú me agarras y yo te abrazo.
Sentí tu calor en mi cuerpo.
Sentí el roce de tus labios
en los míos.
... Y sólo por estar contigo.